CÍRCULO
Pon tu dedo aquí,
en esta grieta que llamamos casa,
donde la luz entra a medias
y la noche es un animal quieto.
No pienses en el frío,
en la ropa tendida que nadie recoge,
en el eco de los nombres
que ya no contestan.
Solamente es un juego.
Cierra los ojos.
Imagina que el tiempo es una cuerda
y que puedes atarla
a la pata de la mesa,
al filo de la cama,
a la espalda de alguien que aún espera.
Tal vez vivir sea solo esto:
dibujar un círculo en el polvo,
apretar los labios
para que no se escape el invierno
y creer, aunque sea un segundo,
que todo sigue en su sitio.
