Danza bajo el manto de la luna callada,
sus pies de terciopelo, la tierra acarician,
y un río de sus rizos, al viento se desata,
zigzaguea en la sombra, su risa se desliza.
Sus ojos son hogueras que el alba desafían,
un canto de cigarra su pecho le murmura,
y el mundo se doblega, sus pasos desafían,
bajo la luz plateada, su espíritu perdura.
Zingarella, la reina de un reino sin fronteras,
su alma es un cometa que escapa a toda ley,
dibuja con sus manos un cielo en primavera,
y en suspiros de brisa, su encanto deja en pie.
Si la buscas de día, la senda se deshace,
mas si de noche andas, su rastro encontrarás,
allí donde la tierra y el cielo hacen las paces,
danza Zingarella y su libertad verás.