Benditos Amigos
Los amigos son esas voces que llegan
cuando el silencio se hace espeso y gris,
esos puentes tendidos sin que lo pidan,
y en sus ojos, siempre, una luz feliz.
No necesitan horarios ni calendarios,
porque el tiempo con ellos se vuelve un rumor,
una pausa breve entre los días largos,
una tregua justa para el corazón.
Los amigos son esas manos ocultas
que sostienen el peso cuando no ves,
como cuerdas firmes bajo la penumbra,
como faros claros en la incertidumbre.
Son risas al borde de la madrugada,
un café sincero, un brindis casual,
y en sus silencios, más que en sus palabras,
reside un amor libre, puro y real.
No hacen preguntas, no buscan promesas,
tan solo están ahí, como está el mar,
inmensos, profundos, sin pedir respuestas,
dispuestos a abrazarte sin preguntar.
Con ellos, la vida es menos pesada,
es un viaje breve en tren compartido,
y aunque el destino nos lleve a distancia,
siempre estarán ahí, sin haber partido.
Porque los amigos no buscan razones,
simplemente son, como el viento fiel,
y en cada ausencia dejan sus canciones,
como ecos suaves bajo la piel.
