Con tinta y con lamento entre sus manos,
los bardos del tango van a cantar,
historias de destinos tan humanos,
que en versos y en milongas quedarán.
Son poetas de amores y nostalgias,
de calles empedradas al final,
la noche los cobija en sus entrañas,
mientras su voz resuena universal.
Entre acordes de un fuelle que suspira,
dibujan con sus letras el dolor,
la risa que en la pena se retira,
y el eco de un perdido gran amor.
De Buenos Aires hasta Montevideo,
sus voces son murmullo y confesión,
que danzan al compás de un triste juego,
el tango hecho palabra y corazón.
Con su pasión viva y su tormento,
los bardos del Río de la Plata están,
dejando en cada tango un sentimiento,
que el tiempo y la nostalgia guardarán.