Al leer tus versos, Luis,
Mis ojos se anegan en mar de alegría.
Gratitud inunda mi pecho,
Pues tus palabras son un faro que me guía.
Siento que nuestra amistad
Es un río cálido que fluye sin cesar.
Tus rimas llegan hasta mi alma,
Y con ellas, la dicha no deja de brotar.
Gracias por darme voz en tus poemas,
Por tender un puente entre tú y yo.
Nuestro diálogo es un baile de almas,
Que en cada estrofa resuena y se elevó.
Sigo tus pasos, Luis,
Caminando juntos por senderos sin fin.
Tú has sido mi más fiel compañero,
Y hoy, mi corazón te entrego sin confín.