Todo el mundo se equivoca,
y en el giro de la mano
el error nos hace humanos,
pues la vida nunca es roca.
Somos trazos, líneas breves,
con torpeza dibujados,
curvas, ángulos errados
que el borrador vuelve leves.
No hay camino sin caídas,
ni pincel sin manchas grises,
ni palabras siempre afines:
solo manos redimidas.
Pues del fallo nace el arte,
la raíz de un nuevo intento;
errar es el fundamento
que te lleva a superarte.