Oh Lempo, llama ardiendo en los abismos,
tu fuego arrasa campos y cadenas,
del caos brotan frutos y poemas,
y el cielo tiembla al verte en sus abismos.
Eres pasión que quiebra los enigmas,
la fuerza oculta en ramas y raíces,
la brisa dulce y fiel que en los países
despierta amores, risas y estigmas.
Tus ojos brillan, llama en los arbustos,
dan paso al renacer y al exterminio.
Creador divino, caos de los justos,
entrego a ti mi canto en fiel dominio.
Que arda mi ser en llamas de tu arte,
pues vida y muerte danzan en tu parte.