Mujeres de la tinta luminosa,
del verso que germina en madrugadas,
tejéis con letras pétalos y rosas,
y hacéis del alma un mar de llamaradas.
Vuestras palabras vuelan como brisa,
con rima o sin ella, van danzando,
cantan de amor, de sombras y de risas,
y el mundo en su latido va escuchando.
Con plumas que son fuego y primavera,
bordáis las emociones en la hoja,
y en cada estrofa vibra la madera
de un árbol donde el arte se despoja.
Allí donde el silencio se desgarra,
vuestros poemas brotan con ardor,
son voz que entre las sombras no se calla,
son faro, son reflejo y son rumor.
Las letras son hogar de vuestra esencia,
la musa es llama que no se consume,
y en este portal, con fiel presencia,
brilla la luz de vuestro perfume.