En el jardín de la mente florecen,
ideas que danzan con gracia y color.
Los pensamientos en rimas se mecen,
pintando el alma de intenso fulgor.
Cada palabra, un pétalo al viento,
se entrelaza en guirnaldas de emoción.
Los versos, audaces en su movimiento,
despiertan latidos en el corazón.
El bullicio se torna en sinfonía,
donde los sentires cobran voz propia.
La poesía, en su dulce osadía,
nos regala una realidad utópica.
En un torbellino de sensaciones,
los versos nacidos tejen su magia.
Transformando simples cavilaciones,
en un universo que el alma presagia.