Un ala que tiembla, un leve aleteo,
en rincones distantes del vasto universo,
donde el tiempo y el aire tejen su deseo
y en un acto fugaz nace un nuevo verso.
Pequeña es la causa, como un susurro,
un murmullo breve, apenas sentido,
y el mundo responde con eco y conjuro,
despierta en silencio lo nunca aprendido.
Es la danza sutil de fuerzas calladas,
el roce de un ala en medio del viento,
un azar que se extiende por las moradas
del destino incierto, profundo y lento.
Cada gesto cuenta, cada paso, un misterio,
pues todo resuena en el pulso eterno,
y el ala que en vuelo gira en cauterio
moldea el futuro, dulce e interno.
Y en cada vida hay huellas perdidas,
latidos que el cosmos jamás ignora,
porque en cada instante se alzan escondidas
las alas de un cambio que el alma atesora.