Sobre mi pálida mejilla rueda
Una lágrima que oculta un dolor,
Un río de penas que se despliega
Hacia el océano de mi interior.
Los suspiros ahogados en su coro
Se pierden en su caudaloso vaivén,
Un torrente de llanto que no imploro,
Que inunda mi alma de triste vaivén.
Sombrío mar de lágrimas que fluyen,
Ahogando la esperanza en su quebrar,
Donde los sueños se deshacen y huyen
Y solo queda el llanto al despertar.
El torrente de mi alma desbocada
Arrasa con mi ser, desconsolada.