A Carlos Fuentes
#EscritoresMexicanos
1. Gozo y tortura que el Tártaro y el Cielo –uña de carne– desempeñan. Al sexo y su desorden milagroso, a su perfecto matrimonio;,
Tengo que agradecerte, Señor —de tal manera todopoderoso, que has logrado construir el más horrendo de los mundos–, tengo que agradecerte
Esto es falso, esto es bueno y aquello rubio cobre. Qué ciencia, hermanos, cómo saben todo eso. ¿No hay más azul, ni falso ni mage…
La regla es ésta: dar lo absolutamente imprescindibl… obtener lo más, nunca bajar la guardia, meter el jab a tiempo,
No puedes, rosa, coincidir con tu… La rosa es amarilla, o no: la rosa es roja, es blanca, es ros… ¿Son sus hermanas todas amarillas o blancas?
Recuerdo que el amor era una bland… no expresable en palabras. Y mismamente recuerdo que el amor era una fiera lentísim… mordía con sus colmillos de azúcar
Grande y dorado, amigos, es el odi… Todo lo grande y lo dorado viene del odio. El tiempo es odio. Dicen que Dios se odiaba en acto,
¡Qué bajos cobres ha de haber tras esa aurífera corona! ¿Qué llagas verdes bajo las pulpas húmedas de su piel esmeralda!
También la pobre puta sueña. La más infame y sucia y rota y necia y torpe, hinchada, renga y sorda puta, sueña.
Muerde la perra cuando estoy dormido; rasca, rompe, excava haciendo de su hocico una lanza, para destruirme.
Escribir no es problema. Miren flotar la pluma por cualquier superficie. Pero escribir con ella —Montblanc, Parker o Pelikan—,
Revolución, tiendo la mano y a veces me la muerdes. Soy individualista, pero el mundo no es bello. Sólo el idiota, el loco y el canal…
Que tanto y tanto amor se pudra, o… que se pierda tanto increíble amor. Que nada quede, amigos, de esos mares de amor,
No importa que sea falso: cuando tú quieras verme unos minut… vive conmigo para siempre. Cuando simplemente quieras hacer bien el amor
Los niños de las ciudades conocen bien el mar, mas no la tierra. La niña que no había visto, nunca, una vaca