Los niños de las ciudades conocen bien el mar, mas no la tierra. La niña que no había visto, nunca, una vaca

1. Gozo y tortura que el Tártaro y el Cielo –uña de carne– desempeñan. Al sexo y su desorden milagroso, a su perfecto matrimonio;,

El tigre real, el amo, el solo, el… de los carnívoros, espera, está herido y hambriento, tiene sed de carne, hambre de agua.

Esto es falso, esto es bueno y aquello rubio cobre. Qué ciencia, hermanos, cómo saben todo eso. ¿No hay más azul, ni falso ni mage…

Escribir no es problema. Miren flotar la pluma por cualquier superficie. Pero escribir con ella —Montblanc, Parker o Pelikan—,

También la pobre puta sueña. La más infame y sucia y rota y necia y torpe, hinchada, renga y sorda puta, sueña.

No se conforma con hincar los dien… en esta mano mansa que ha derramado mieles en su pelo… No le basta ser perra: antes de morder

Éste es un perro. Una creiatura que se ignora. No sabe que pertenece a una clase —de cosa o bestia—, ignora

Hay un tigre en la casa que desgarra por dentro al que lo… Y sólo tiene zarpas para el que lo… y sólo puede herir por dentro, y es enorme:

Que tanto y tanto amor se pudra, o… que se pierda tanto increíble amor. Que nada quede, amigos, de esos mares de amor,

Recuerdo que el amor era una bland… no expresable en palabras. Y mismamente recuerdo que el amor era una fiera lentísim… mordía con sus colmillos de azúcar

La perra más inmunda es noble liro junto a ella. Se vendería por cinco tlacos a un caimán. Es prostitua vil,

La prosa es bella —dicen los lectores—. La poesía es tediosa: no hay en ella argumento, ni sexo, ni aventura,

Óigame usted, bellísima, no soporto su amor. Míreme, observe de qué modo su amor daña y destruye. Si fuera usted un poco menos bella…

La espalda de esta luz son esos sueños tuyos, amada, que duelen al soñarse y que hacen florecer las prímulas y azahares en tus flancos.