Miel y canela
Los sabores, los olores, los sentimientos, las personas.
Todo se evapora.
Todo es atemporal.
La decepción.
Le perdí el gusto,
las pupilas que ya no veo te chispean hacia otra dirección cuando ausente estoy.
El sabor a leche con miel y canela también se nos borro con la lluvia y la monotonía.
La falsedad ahora es la charla de tus labios junto con el nudo de vacío de aquel momento.
Ningún atardecer arregla lo tirado en la tormenta que trae tu semblante de manera cínica.
Tus pies dirigiendo tu atención te delatan a otra puerta, así que mejor rinde a tus intentos y pasa a la siguiente página, empieza otro capitulo y marchemonos que este libro ya clamó la ausencia de protagonistas y si te acomodas o me acomodo en otra historia nada pierde el tiempo, pierde el libro, le volvemos la trama aburrida.
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Preferido o celebrado por...
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