Devon Ameayari

La colisión de placas.

Sí el sol te recita poemas rindiéndose ante ti
Sí la tierra deja de girar para orbitar a tu alrededor
Sí el tiempo ya no tiene dominio pues está vuelto intangible sin pausas
Sí el calor de tu cuerpo baila con el mío
Sí las placas colisionan haciendo nacer nuevos prados; unos que te vieran proclamándote diosa y madre de un nuevo mundo
Sí los cielos con soles cálidos encendidos por el brillo de tus ojos se acompañan de prados en un horizonte llamado casa que nació contigo
Sí el paisaje se pintara de colores sin probar
Sí me dejaras habitar ese mundo donde ahora la cordura se pierde en el tacto,
podría sentir como las flores rozan mi piel y tus pinceles en el rostro pintan los paisajes que están al revés cuando parpadeas
Sí el pasto mojado se desliza por tus dedos creando burbujas danzantes con el viento
Sí al sumergirme en el fondo de tu mar la música de mi corazón enciende a los peces
Sí la hazaña de solo mirarte me hace flotar sobre montañas gigantes
Sí los adornos en cantos de pájaros que das con tu voz  en las mañanas reflejan tu deseo y placer que llega presentándose con la ola del mar
Sí escucharte terminar justo en el choque de la espuma y las rocas de la orilla es la perfecta reacción química de éxtasis
Sí se acaban las letras de todos los abecedarios, en tu espalda mis labios sabrían decir sin palabras lo que  se quisiera escribir
Sí tus ojos dejan de mirar un día, la pluma de mi palma estará bendecida a trazar una eternidad de versos para recordártelo todo
Sí todas las historias se marchan dejándonos como una sin contar, te reescribo nuestro final en el precipicio de tus piernas y en la caída al vacío de tu pulso cuando lloras
Sí los amaneceres su saturación cambian
Sí nos quedamos varados en las islas de paisajes a escala de grises en los malos días, nada va importar porque la paleta de colores la pones desde el cabello despeinado hasta la punta de tus pies descalzos y como náufragos le proclamamos tregua al dolor en abrazos
Sí eres la única nube con boleto al cielo sin garantía de caída, embarco las ondulaciones de tus caderas entre polvo atmosférico sin alguna duda
Sí me arriesgo a que quizá el para siempre de la promesa del reloj de mano que dejaste en mi bolsillo solo me duré hasta mañana
Sí decides un día volverte tormenta o huracán  desterrándome de la densidad de tu atmósfera
Sí me olvidas y comienzas otras casas en tus tierras proclamándome mortal en la agonía del sin ti...
Aún gastaría las vidas necesarias para verte sonreír junto al sol aunque fuera sin mi.

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