Gracias a Dios la suerte me acompaña
y es que en amor estoy más que servido,
porque de verdad quiero y soy querido;
como veréis, conmigo no es tacaña.
Además, la salud no me es extraña,
que al contrario, me encuentro bien fornido
y hasta la fecha nada ha aparecido
perverso, fuera o dentro de mi entraña.
Qué más puedo pedir, si más no quiero,
porque aunque no me sobra, de dinero
diré que no me falta en absoluto
y con estas tres cosas: la salud,
el amor y el dinero, aún disfruto
como en una segunda juventud.