No te puedo olvidar aunque quisiera,
porque te he de decir que tanto te amo,
que tengo que acudir a tu reclamo
como la golondrina en primavera.
Pienso que así será la vida entera
y es que al sólo pensarte ya me inflamo
de pasión y con ella me relamo,
pensando en el placer que está a la espera.
Te pienso y es pensar en tu figura,
tu cuello, tus caderas y tus ojos
y en lo sensual de tu divina boca,
panal de rica miel, que de dulzura
me invitan a libar tus labios rojos
y aunque mucha ha de ser, se me hará poca.