Un aliento de ninfa, cálido y suave en mi cuello,
me acuna y suspende el tiempo que se extiende.
Mi debilidad, justo detrás en la nuca, en mi cuero cabelludo,
borra memorias y apaga los controles... me deja sin mente.
¿Cómo culparme por lo que acontece o vendrá,
cuando descubren mi talón de Aquiles,
mi resistencia leve se desvanece,
y este poema inconcluso queda?
Mientras dure...