«Perdona tus crímenes, perdona también tus virtudes, / esas faltas menores a medio camino de lo correcto» Young
«El hombre es su propia estrella; y el alma que puede
hacer un hombre perfecto y honesto
domina toda luz, toda influencia, todo hado;
nada le ocurre pronto o demasiado tarde.
Nuestros actos son nuestros ángeles, para bien o para mal,
sombras fatales que nos acompañan en silencio» Emerson
Bajo la bóveda de la Capilla Sixtina siéntete renacer.
La sociedad nobiliaria, las costumbres de antecámara, el imperio de la representación, la elegante domesticidad aristocrática, son tu destino, sino de vestidos y porte, sí en cambio de espíritu.
El mundo es un boceto mal realizado y la gente no es noble ni buena. Que tu vajilla no sea de estaño ni de madera, sino de porcelana fina. Come pasteles de fantasías historiadas vienesas. No vayas nunca a piscinas públicas. No te tiñas. Adora los pájaros y deplora la prensa deportiva. No vayas en metro ni autobús. Hazte caquitas al oír a Mario Vaquerizo. Sé antimoderna. Escupe al trap. Ten en el amor una figura ideal pero sopesa las grandezas de tus propios soliloquios.
Te espero en unos años en Nogueira. Te hablaré de tu nona, te ayudaré en los deberes, nos encaprichará la luz de pinos y eucaliptos. Tu alegría animal niega de raíz que el camino de Tebas empiece con la muerte.
Tu sonrisa es una cascada de agua helada que refresca en el duro infierno.