Tengo miedo. Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando
Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando por los huesos
El invierno comenzaba, apenas, a mostrar su cuerno —largo y temible— de unicornio ciego. Inquietante,
Bajo el ala de la noche que deja su huella imprecisa bajo la sombra del corazón repudiado
Me disuelvo en la magia giro en medio del fruto pulposo
Yo imaginaba peces inverosímiles bajo ese mar que era –entre ocres… de un verde titubeante, cuando el ferry ancló en Ellis Is…
Nada he sido nada soy sino escondida isla sin pájaros ni habitantes
Fui agarrándome de ti, de tus ojos, campanarios llenos de palomas, y tu pecho encendido como un lucero sólo.
Mentira: el perfume la voz el encaje la mujer de plástico
Un desangrarse lento remontable hasta la más pérfida belleza hasta el misterio de la carne iner… un ciego encadenarse
Aún deseo mis antiguos tiempos fetales, en que fui pez opalescente y ciego.
Casi podría decirte devorada por la angustia me asomo a la vieja cueva prohibida donde habitan
A veces huyo por intrincados caminos construidos de palabras, que me llevan a los páramos de nadie.
Te propongo la dulzura del higo, su carne sonrosada, replegada y húmeda como un animal marino.
A tu ancho cuerpo de jade y plata vuelvo, jinete de manos verdes y pleno cuerpo verde de fosforescencias nocturnas.