Puñal de luz, el farol hiere el cristal opaco y seco de la calleja La luna –niña hechizada– sueña con cuentos del Mogol.

Ahora que está el silencio mirándose al espejo de tus labios, qué dulce y honda se hace tu palabra sin cuerpo.

Yo canto a la alegría que es la pizca del sal que resalta el sabor en el pan de la vida, el pequeño secreto

Duérmete madrecita del alma mía, y que el Dios de los cielos te me bendiga. Duérmete con el sueño de los rosal… que amanecen con rosas y no lo sab…

Se me perdió el corazón, Ayúdamelo a buscar. Caminito de la sierra lo he buscado noche y día y orillita de la mar

La tarde se hizo más honda. Se hizo el silencio más largo. Se hizo mi sentir más noble y fuiste en mi pensamiento como la primera estrella.

A veces tengo que pensar muy hondo para saber que soy yo la que piens… y no es tuyo mi propio pensamiento… A veces tengo que mirar muy fijo para saber que soy yo la que mira