Vuelves a renovarme el don perpetu… Otra vez eres ése que me enseñó las señales del alba… el que salvó una hormiga en el bor… Vuelves para pedirme que reúna

Como en un lecho me tendí en el ma… Hechizada por musgos y por linos tuve acoso de brazos peregrinos que me echaban las ondas al pasar. Contra mi carne se batió el azar.

Como agua pequeñita, como aurora resplandeciendo así sobre la cara, como un signo de Dios que se secar… para borrar su marca ya incolora; como un cristal alegre que demora

Esta memoria que se cierne como los gorriones en la rama más alta de mí misma, este escuchar la noche cuando hace sombra y el perfume

Un corazón que nubla sus señales, una mirada azul velando rosas, un pie para morir, y muchas cosas tranquilas en amor, elementales. Sin lágrimas que pudra sus cristal…

A veces va una por la calle, trist… pidiendo que el canario no se muer… y apenas se da cuenta de que exist… un semáforo, el pan, la primavera. A veces va una por la calle, sola

Éste es mi corazón: el partidario de los días callados y las frutas. Hace sus fiebres raras y absolutas y yo lo pierdo en mí. Soy su sudar… Nadie sabe el misterio que convoca…

Me desordeno, amor, me desordeno cuando voy en tu boca, demorada; y casi sin por qué, casi por nada, te toco con la punta de mi seno. Te toco con la punta de mi seno

Usted ha dicho que me ama pero quien está convicto de alucin… quien no conoce milagros naturalmente se equivoca si ve una… casi de negro.

Pero jamás me pidas la tristeza gu… (Hay una flor que late y un pájaro… y para no escucharme el alba se de… porque yo sigo siendo la nunca aco… De estar un poco mía y otro poco c…

Yo era débil, rubia, poetisa, bien casada. Tenía deudas y una salud de panetela blanca. Hicimos una casa pobremente,

Se me ha perdido un hombre. Y lo busco por cifras y guitarras, por rostros y entrepisos, en el cielo, en la tierra,

Algo me está subiendo, que llora d… hoy necesito oír el corazón adentr… para echárselo al perro que está n… y salvar a la llama convicta en la… y dar a los leprosos la carne que…

Ya tuve esta neblina que pesa como… ya tuve este delirio, ya tuve este fantasma y lo creí pe… ya tuve casi el sueño, y agonicé de pronto sin cerrar la…

Matanzas: bendigo aquí tus malecones mojados, los árboles desterrados del Paseo de Martí y el eco en el Yumurí.