¿QUIÉN, INVENTAR UN BORRADOR, PUDIERA?
¿Quién, inventar un borrador, pudiera,
igual al que usa el niño cuando escribe?
¡para el trazo anular, si no describe,
con toda precisión, lo que quisiera!
De este modo, tal vez, siempre supiera
que está, de errores lleno, lo que vive,
que nunca el hombre exactitud concibe,
ni la vez inicial ni la postrera .
Que en el trajín continuo de la vida,
que se inicia en el llanto original
y termina en el último suspiro,
hay valor si la ruta es corregida,
o se procede ejecutar un giro,
cuando se enrumba la actitud al mal.
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