EL ALBATROS
El tripulante, a veces, se divierte
cazando a los albatros marineros,
sus constantes y buenos compañeros
en acerbos abismos de la muerte.
Apenas en cubierta el “ rey” advierte
que no estará, ya más, en los primeros:
en las nubes, la fuerza de remeros
en la nave, al andar, ya no tan fuerte.
Se burla del albatros el marino
quemándolo en el pico; y lo remeda
porque torpe recorre su camino.
No te extrañes, jamás, que así suceda
al vate al transitar por su destino:
es albatros, que en lo trivial se enreda.