LA TÓRTOLA
Con vaivén vertical de su cabeza
va diciendo que “sí” cuando camina ;
y luego que su tránsito termina,
en el follaje bruñe su tristeza.
Matices de dulzura y sutileza
en su cántico arrullador combina,
cuando entona quejumbre que confina
con la plegaria que en la noche empieza .
Funge, entonces, de madre cariñosa,
con sus alas cubriendo la nidada
hasta las horas de la madrugada,
cuando recobra su color la rosa,
y en espejo de luz la mariposa
se la devuelve al sol blanca y quebrada.