CAMINO
Es del viajero interrogante abierto
que lo obliga a pensar en otra meta;
y a buscar a su enigma otra faceta
que le muestre feliz un nuevo puerto.
Río que lo conduce hasta lo cierto
si trémula la luz luce incompleta,
o la brisa enloquece a la veleta,
o el afán de vencer se encuentra muerto.
Le presta al mar sus cóncavos linderos
al robar de los nautas las maneras
con trasfondo de líquidos azules.
Y a los cielos hurtando los senderos
al viajar sobre mágicas esteras
que prontas van deshilachando tules.