Goodbye, by Alfred Guillou
Armando Uribe Arce

Cinco poemas

1

 
La muerte sola es caos.
¿Alguien ha visto un caos?
No tiene piernas, brazos.
Muerte en silla de ruedas.
Muerte, no tiene caso
ni suerte, y ruedas, ruedas.
 

2

 
Se dicen los adioses
finales. ¿Por qué lloras?
Es que no hallo las horas
de morir. Y no hay caso.
Marcho paso tras paso
detrás de las señoras
fatales. ¿Por qué lloras?
No me quieren los dioses.
 

3

 
Líbrame: flojo y aburrido
me saco chispas de centolla,
bestia redonda me suicido,
en este mundo ¿quién me apoya?
En este mundo, en este nido
no cabes, muerte, en esta olla.
 

4

 
Y cómo quisiera estar muerto,
en traje de muerto,
con cofia y este par
de ojos negros abiertos.
 

5

 
Es muy probable que no seas
ni aquello ni lo otro
ni esto ni lo uno.
Adiós, adiós. ¿Qué hubo?
Qué me resta.

Nota de edición poema 1: Si queremos remontarnos al nacimiento de Armando Uribe como poeta, 1950 es un año determinante. Tal como el personaje central de la novela de Rainer María Rilke, Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, descubre un poeta en medio de la muchedumbre, ese año, Roque Esteban Scarpa descubre a Uribe en Chile. En el artículo “Poesía de Armando Uribe Arce”, publicado en El Mercurio, señala: “no siempre se nos concede la gracia de contemplar el nacer de un poeta”.

Nota de edición poema 2: Para situarnos cronológicamente, diremos que Armando Uribe pertenece a la generación del 50 y que, desde sus primeros poemas, aparece el germen de lo que va a ser una de las personalidades más cultas y sarcásticas de la poesía chilena. Dicha promoción nace con la publicación de la Antología del nuevo cuento chileno (1954), de Enrique Lafourcade, que contó con la pluma de poetas notables, como Enrique Lihn o Alberto Rubio, mas no con la de Uribe.

Nota de edición poema 3: Su obra ha sido capaz de introducir lo anecdótico, lo popular, lo discursivo, la crítica social y también lo erótico, sin dejar de lado su mundo personal. En el transcurso de su vida, Armando Uribe ha escrito libros, artículos y también, en privado, ha tomado notas sobre lo que él entiende por poesía y literatura en general, incluyendo la novela.

Nota de edición poema 4: Armando Uribe nos dice: “también traducir es imitar, remedar como los niños a espaldas de su víctima. Acto imperdonable y necesario, no para el gusto y provecho de los demás, sino para el desarrollo de quien lo ejecuta y sabe así lo que se puede hacer y lo que no”. Uno de los mejores libros del gran poeta norteamericano Robert Lowell se llamó Imitation, haciendo alusión a este tipo de trabajo.

Nota de edición poema 5: Armando Uribe además de escritor es abogado, cientista político, ensayista y articulista en diversos temas, literarios y contingentes. Se ha desempeñado como profesor titular en las Cátedras de Derecho Público y Ciencias Políticas de La Sorbonne en París, y ha sido parte de comités en defensa de los derechos humanos, en el continente europeo, por ejemplo, en el Tribunal de Russel II, junto a Julio Cortázar y Gabriel García Márquez.

Armando Uribe es un intelectual de juicios lacónicos: “Los poetas no sirven para nada, no tienen función ninguna. La poesía es inútil, pero cuando no hay poesía, una parte muy importante del alma nacional desaparece o no llega a ser”. Armando Uribe Arce es laureado el año 2004 con el Premio Nacional de Literatura.

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