Haiku 39
11/07/2016
¡En el silencio! siento el cálido arrullo de las palomas.
—Acércate hijo, ven, pon tu manito en mi vientre. Aquí, mira, aquí dentro está tu he… ¿Vamos a dibujarla tú y yo? le dije dándole un beso.
Las hojas secas se pierden junto al viento; ¡Adiós otoño! Y pleno de aire gélido llega el cálido invierno.
Partiste en la madrugada de una extraña noche de verano, sin embargo, ese calor agobiante llegaba a mí colmado de frío, un frío de incertidumbre que me hacía temblar mientras te miraba....
Vuela aquella golondrina por los c… esperaba ansioso sus plegarias. La golondrina sin rendirse, vuela… El canto poco a poco se fue convir… Y el río... el río ya no podía llo…
Sus risas, llantos y carantoñas son inagotables. La dicha de tenerlas enriquecen mi vida.
Se acerca el otoño, muy pronto nos llenaremos de colores y un chasquido turbador nos acompañará al pisar esas hojas secas que lo colmarán todo. Es un momento de reflexión y de paz, de r...
Los sentía tan cerca, que sus corazones latían junto al mío y sus risas... sus risas
Marinero de aguas mansas y profund… tu vida corre como corriente fría, entre olas, cielo y mareas vagabun… que se hunden, vienen y van con fa… Marinero que bajo ese sol faenas,
Amo a la brisa, quiero abrazarla siempre. Mis brazos sufren en el intento y caen desolados, vacíos...
Cuando me abrazas, la vida se detiene. Es el consuelo de unir nuestros latidos y entregarnos los dos.
La cigüeña se aferra a su alto nido y mira airosa. Son sus potentes alas amparo de su prole.
Es como el tiempo, que plasmado en la piel, ¡se paraliza!
Algún día padre, me darás tu mano. Y yo también,
Nueva vida latía en su interior. Su juventud extrema, arropaba su vientre