Ya me voy a separar
apiádate, corralero,
pero tú, precioso cielo,
me has pagado con vengar.
Yo tengo seguridad
que acabaste para mí,
porque yo muy mal nací
a este mundo desgraciado.
Vengo de ti a separarme
ay, pobre infeliz de mí.
Lágrimas del corazón
son las que lloro por ti,
de ver que un tiempo fui
dueña de tu pecho entero.
Si por tu amor lisonjero
yo voy buscando la muerte,
qué sacaré con quererte
si tú tendrás otro dueño.
Y porque te veo en sueños
es que es tan mala mi suerte.
Adiós, adiós, alma mida,
ya que tú no fuiste cierto
más vale me hubiera muerto
que el haberte conocido.
Solo he´quedar el olvido
juramentos y palabras.
Muchas veces hasta el habla
se la niega con el tiempo.
Para que veas que es cierto
que un bien con un mal se paga.
Al fin, tormento querido,
me retiro sin consuelo
para reclamar al cielo
ésa, tu mala partida.
En la hora de mi partida
veré aumentar mi dolor,
será el fin de mi pasión
viéndote en otro poder.
Pero yo qué voy a hacer:
separarme de tu amor.