En el borde del día se descuelga la luz, como si alguien hubiera olvidado cerrar del todo la ventana. La brisa apenas existe.
Rueda la nube, riega el maíz, canta la tierra, baila el maíz. Corre la fuente,
Con flechas y con enredos, Cupido juega travieso, lanza un dardo, yo tropiezo, y me atrapa en sus enredos. Si me escondo entre los credos,
En la tibia penumbra de la cocina tus manos y las mías bailan una danza callada. El agua hierve su impaciencia, la cafetera tiembla de aroma
De la mesa soy goloso, no lo puedo ya ocultar, que en la vianda hallo el gozo que otros buscan sin cesar. Un buen queso bien curado,
Roja es la flor, brilla en la mesa, suaves destellos dan la promesa. Luz de diciembre,
Ahí viene la mariposa, con su vestido de sol; bailoteando entre las hojas, como un sueño de color. Va cantando con el viento,
Ya no eres esa rosa de Milton o la de de Rimbaud, o la de Sandr… se marchitó su fulgor en la sombra… se deshojó su esplendor en tu voz. No eres la rosa de antiguos poetas…
Amor que florece en tu andar, luz… Melodía suave que en los cielos se… Amanecer radiante, en tu alma germ… Labrando sueños que el corazón res… Infinito encanto en tu sonrisa div…
La alegría es pena que se va y se queda, es dulce cadena que el alma remeda. No existe en la vida
Hoy canta el día, Lucía, tu nombr… la brisa lleva en versos un eco de… la vida, en su susurro, tus años a… y el sol viste de oro la luz que e… Acosta eres en fuerza, en raíces q…
Engreír a mamá, dulce bendición, sol en nuestra piel, luz del corazón. Manos que nos dan
Ahí llega mi tía Nora, con su vestido limón; y en sus manos una cesta, llena de dulce y canción. Trae cuentos de mil colores,
Luz sin par, fuego inmenso, mi pesar es intenso. Dulce faz,
Siempre sueño contigo, tibia como un abrigo, luz de luna en mi pecho, alma en dulce sigilo. Tus suspiros de brisa