Plata en tu cabello, brillo de lucero, dulce y con destello, puro y verdadero. Hilos de la aurora,
En mi pecho un eco suena, sombra de un viejo cantar, como brisa que se apaga mas no deja de soplar. Llevé dentro un pensamiento,
Ya no eres esa rosa de Milton o la de de Rimbaud, o la de Sandr… se marchitó su fulgor en la sombra… se deshojó su esplendor en tu voz. No eres la rosa de antiguos poetas…
De niño vi la luna deslizarse, un lienzo puro entre ramas dormida… Mi alma quiso su brillo adueñarse, mas lo efímero dicta sus medidas. Testigo muda de juegos y sueños,
Tierno Rey, luz nacida, manso grey, dulce vida. Dios eterno
Brisa de miel, roza mi piel, luces de abril, llamas sutil. Besos de sol,
Mamita, Vamos al puerto, quiero pescar con mi cubito estrellas del mar.
El viento hila su costura en los p… una luz difusa cae sobre el tejado… como si el mundo olvidara sus cont… Camino entre muros gastados, las huellas de otros pies se pierd…
Égloga: El Alba en Silencio Género: Poesía bucólica Instrumentación sugerida: Laúd, f… Muchacha Ya el alba despierta, cual suave r…
Luz de la noche, testigo callada, susurro eterno de un tiempo perdid… brillabas dulce, con calma dorada, sobre el sendero que nunca he olvi… Tu rostro pleno de plata y de enca…
Me lo dijeron al alba, cuando la luna, en su empeño, se aferraba a la ventana como un pañuelo de sueño. Me lo dijeron al alba,
Mira las flores del río, cómo se mueven con el cantar, brisa y espuma las llevan lejos, van suspirando por regresar. Vuela la brisa, juega la luna,
Mirar es un acto sencillo, una ventana al exterior, un reflejo en el cristal, un destello, un resplandor. Ser visto es más complejo,
Un caracol muy viajero, con su casita en la espalda, salió a pasear por el prado, siguiendo la luz dorada. —¡Qué grande es el mundo entero!—
Mamá, hoy te escribo con tinta de suspiros, con palabras que vuelan como abrazos al infinito. Te busco en las estrellas,