En cada brisa viene tu fragancia, el eco tibio de tu voz callada, memoria dulce, herida no olvidada, que en mis pupilas vuelve en nosta… Las horas mueren, dolor que resum…
El rio y su plegaria Va murmurando el arroyo una plegaria de espuma, y entre los cantos se esfuma el eco azul de su apoyo.
Tus blancos hilos rozan con el vie… susurros suaves de un ayer dorado, sabiduría en tiempos cincelado, siguiendo el ritmo lento del momen… La vida te ha esculpido a fuego le…
Apenas despuntaba el temblor de la… y el campo callaba susurros de som… Lucía, la hierba teje un lecho cal… y en el aire palpita un beso extra… La alondra, en su canto, murmura a…
Eres sombra protectora, verde templo de los dias, donde anidan melodias y la calma se enamora. En tu entrana se respira
Entre que sí y que no, la vida nos lleva, pasamos de largo, dejamos estelas. Nadie se va antes,
La poesía no miente, solo muestra… un reflejo en palabras del alma y… Es el grito del aire que no encuen… es la huella del fuego cuando la p… No es ciencia ni oficio, es el art…
Es fiebre de lunas en la garganta, un río que llora versos de fuego, la danza febril del viento y del r… el eco que canta, el llanto que en… Es sangre morena que nunca espanta…
Alumbra el sol su radiante esplend… Mientras sus ojos reflejan dulzura… Alegre camina dejando su amor, Llenando los días de luz y ternura… Inspira su risa un cálido afán,
Las flores del banquete En el jardín de los sueños hay flores de mil sabores, dulces como los suspiros, crujientes como tambores.
Engreír a mamá, dulce bendición, sol en nuestra piel, luz del corazón. Manos que nos dan
Consentir a mamá, es un tributo a su amor infinito. En cada caricia, en cada palabra de aliento, ella ha tejido con hilos de ternura el refugio de nuestra existencia. Ella que nos dio ...
Amémonos sin prisa, sin medida, como el viento que besa la pradera… como el río que abraza su ribera, sin temor a la sombra ni a la heri… Amémonos con fuego y sin cadenas,
Arde la piel al roce de tu aliento… suspiro errante en labios de locur… marea ardiente, ritmo y atadura, susurros que se quiebran contra el… Las manos, fuego, danzan su tormen…
Del amor surge la lumbre, centro y llama de la vida, luz que, en aura esclarecida, vence sombras y costumbre. Dulce néctar, fiel vislumbre