Soy naufragio en madrugada,
un eco sin dueño ni sombra,
un errante que se nombra
con la voz de la nada.
No sé si el alba es alba
o un engaño de la mente,
pues cuando el alma se quiebra,
todo es gris, todo es ausente.
Te fuiste como se van
las olas de la ribera,
dejándome en la arena
sin promesa ni final.
Si fue culpa, la acepto,
si fue error, ya es pasado,
mas no niegues que en tus sueños
mi latido sigue atado.
No te llamo ni te espero,
no suplico ni me inclino,
pero sé que en tu camino
me hallarás sin yo quererlo.
Soy relámpago y penumbra,
soy condena y soy hoguera,
pero si dudas un día...
búscame en la primavera.