I
Por el viejo senderito,
donde un día te vi partir,
van las hojas susurrando
que aún te esperan junto a mí.
II
Las estrellas en el cielo
siguen dando su fulgor,
pero en mi alma hay tinieblas
desde que dijiste adiós.
III
Cada rosa en la vereda
guarda el eco de tu voz,
y las aves en el alba
cantan nuestra vieja canción.
IV
Si el destino nos separa,
déjame soñar contigo,
que en mis noches solitarias
sigues siendo mi abrigo.
Regresa, vida mía,
no dejes que muera mi flor,
que el viento le cuente a la luna
las penas de mi corazón.