El abuelo va despacio
con su bastón de nogal;
me sonríe y me saluda,
tiene un gesto paternal.
La abuela teje en su silla
con lana rosa y marfil;
sus agujas suenan dulces,
como un canto muy sutil.
Mi hermano corre en el patio,
salta alto como un pez;
dice que es un gran pirata,
con su parche y su revés.
Y mi perro da voltertas,
ladrando con emoción;
pues la casa está de fiesta,
llena de luz y de amor.