Sublingual
Eter de tu ser
Escucho como en este preciso instante se resquebraja el tiempo. Tu ausencia: un recuerdo lejano, es como mirar las olas en retroceso, poder mirarle el contorno a una lágrima pendiendo del ojo y eso es tu recuerdo. No siempre una lágrima que se estrella en el presente es de tristeza. Los recuerdos y la felicidad son eso, pequeños instantes que nos quedan en la retina de la mente y podemos traerlos a nosotros cuando nos hace falta. Hoy me hacías falta vos... si, vos. La que no me valoró, la que miraba el techo a la hora del amor, la que asentía con la cabeza y no escuchaba mis pedidos que a veces eran mudos. La que nunca me quiso, esa a la que yo le era “cómodo” de aguantar porque yugaba de sol a sol, pero te mantenías caliente en otros brazos cuando yo salía de casa.
Como decía; los recuerdos hasta se trasforman en alegrías con el tiempo. Te traje hoy a mi mente, porque cuando tengo estos días así, en los que me puedo sentir dubitativo, poco valorado, triste y nublado, recordar que en el pasado he tenido que cargar con la cruz de tu presencia, calma mi estructura, me hace bien tanto mal. El hecho de observar mis llagas, mis heridas me hace bien porque cada marca es un recuerdo que no dejaré entrar de nuevo. Tu imagen es mi escudo.
