de «Un (casi) poema (malo) al día»
Más que temerle a qué dirán le temo al qué diré.
Una bestia de siete cabezas me habita y, como es natural, cada cabeza tiene su propia dieta. La que más vigilo
La tarde cayó en mis ojos y se rompió en mil y un pedazos. Soy el trozo mil uno y los demás son incontables.
Le lanzo piedras a la luna a dios a mi sombra a todo lo que se mueve. Le lanzo piedras al agua empozada
Voy por buen camino [no sé para dónde voy.
Vivimos tiempos difíciles, ser uno mismo es la revolución.
fui niño y lo supe
—¿Me enseñas a escribir poesía? —Eso no se enseña. —¡Enséñame! —No la escribas. —Gracias.
animal de siete cuerpos contaminad… derrotados por la pérdida de sí mi… ojalá haya guardado en un cajón fo… y todas las pruebas de sus triunfo… para cuando sus hijos crezcan
—¿Cómo se llama esto? —Mar. —¿Y para qué sirve? —Para irse.
Para que los libros estén en todos los lugares.
Mañana será otro día, le dije a la poesía mientras se en… al riguroso placer de volver a cas… Mañana será el mismo día, dije cuando ya no me escuchaba.
Vino la luz a buscarme y se fue sin despedirse. Se equivocó de espejo, tal vez, o no la pude
señoras y señores niñas y niños personas y personos quedan cordialmente invitados a to… y siempre para que crezcan grandes…
una buena palabra por verso