De «Poéticas poco cínicas y muy insuficientes»
La tarde cayó en mis ojos y se rompió en mil y un pedazos. Soy el trozo mil uno y los demás son incontables.
—¿Qué libros me recomiendas leer? —Todos.
Sé que no existe quién me ampare. Me atañe más quién me extrañe. No importa si ella, de la mano, me… por una noche larga, sin fin, sin… etérea, como mi amor por la vida,
La veo acercarse, por mí. Sin traje de gala arrima, sin armas. De albo fulgoroso viste sus negras empresas. La veo cada noche, en mi cama,
Que me lo quiten todo. Quiero que regrese la poesía.
lo comprendo tarde la vida lo era todo nada más
No importa el lado de la puerta que nos vea. El afuera siempre está adentro.
—¿Qué vendes? —Poemas. —¿Cuánto valen? —No tienen precio.
—¿Me enseñas a escribir poesía? —Eso no se enseña. —¡Enséñame! —No la escribas. —Gracias.
Me pregunto si la tierra con sus entrañas llenas de oro sabe que es la tierra. Me pregunto si la tierra sabe qué es el oro.
No tengo dónde anidar el mundo es cada vez más plano.
Desperté dentro de un gato en su ú…
Todo verso nace porque sí. De sí.
Si dijera que esto es un poema, lo… Pero si dijera que esto es un poem…
El secreto de este negocio es que siempre estamos leyendo.