de «Leyes mudas de la mano alzada»
La luz sirve para que no nos asuste la oscuridad que somos.
Juegos de los fuegos artificiales… Rapapolvos amangualados de los uni… Mutismo por miedo a sucumbir indig… Indolencia del régimen con el rest… Fronteras intangibles en la estrat…
el respeto al complejo ajeno
[el poeta en cuestión se ahorró es… … [aún espera el pago de los interes…
Oigo a los pájaros cantar, dejo de escribir el poema…
una buena palabra por verso
—¿Me enseñas a escribir poesía? —Eso no se enseña. —¡Enséñame! —No la escribas. —Gracias.
Me da lástima tu sangre cuando cor… sin ritmo ni prosa hacia cualquier… Me doy golpes de pecho por no pone… vieja y desportillada para que no… La otra noche tu muerte me importo…
ya sé que de mejores
no todo puede ser gracioso
Tibio lecho, de dispares usos, cuéntale, al oído, de tus amantes anteriores, de los que, como él, dejaron sus sudares en tus tejidos… y partieron, a otro camastro,
La tarde cayó en mis ojos y se rompió en mil y un pedazos. Soy el trozo mil uno y los demás son incontables.
La poesía, esa pobreza. Se garabatea durante mil años y se… o en menos, en un segundo, sin lee… se lee en un segundo y no se adivi… La poesía, esa mezquindad.
el fuego es una opción a veces me aburre vivir frío
Para qué un poema extenso si la vida dura un verso.