De «Un (casi) poema (malo) al día»
Nadie sabe para quién trabaja si su trabajo es escribir.
Las horas sin advertir mutaron, son más prófugas y audaces. Los convidados escasean, más irónicos e hipócritas, tiñen las paredes
Que me lo quiten todo. Quiero que regrese la poesía.
señor pasajero, si su avión no se… se lo debe a santa bona de pisa aunque en los aeropuertos no se ha… y los que aterrizan regresen al at…
—¿Por qué vistes de negro? —Es el duelo. —¿Por alguien? —Con alguien. —¿Quién?
Escribo poesía a toda hora y mis manos ni lo saben.
siguen impunes como si partir
les tengo una invitación muéranse los espero con la parilla encendid… y con cerveza fría
La señal del cosmos se trenza en e… para que yo, grillete último, líe… lo emancipe y lo vislumbre, vuelto un trapo, inmundicia, y con el pesado parpado,
Adivinaciones vetustas renaciendo… Genios científicos estudiados por… Grandes pasos para la humanidad má… Primer nuevo paso del big bang otr… Consecuencias de la quietud del mu…
señoras y señores niñas y niños personas y personos quedan cordialmente invitados a to… y siempre para que crezcan grandes…
Resulto ser la bala. Irrumpo en la batalla, busco el corazón de la guerra. De camino, mato lo que soy, siembro nuevos miedos.
vivo de las palabras no
nazco de mí lo veo desde la lejanía la sangre asusta a mi sangre la vida consuela a mi vida
—¿Quién es usted? —Eso debería saberlo usted.