Sebastianek Ateratzea Lortu Zuen

El patio

Lila la cosa,
Ese fulgor, ¿qué poder nos lo habrá otorgado?,
¿qué desliz?,
Libre y suave,
¿Qué nombre ponerle a esa feliz eternidad?,
¿Cómo hacer para que el deseo reverbere?,
Que los lagos brillen y lo verde valga,
Que los nacimientos salgan del encierro, que sean videntes de sí mismos,
Que lo verde fluorezca y la línea viva, que la carne acompañe, que la sanidad sane, que los dolores se pierdan entre las flores lilas y el gris marrón de la tierra,
Que los decires enciendan leves llamas de ardor que nos mantengan amorosos,
Que el lago y el lila seduzcan los atardeceres, que el encanto mueva tus piernas en danza,
Que el amor facilite mis aprendizajes, que el encuentro necesite decires que digan y que saluden el acontecer de bromas y los desencuentros se aburran o los pájaros nos miren, que el futuro  nos esté esperando, la poesía diga cosas que la gente disfrute, que surja entre personas, que las miradas nazcan y disfruten su deseo, que las miradas disfruten de los brillos que aparecen entre ellas, de las chispas que felicitan la vida, que los nacimientos sean bienvenidos y los odios se apaguen en nadas, que susurren hasta desaparecer en un declive, que ni siquiera se perciban, que los dichos sean lilas, que la dicha sea honda, que llegue a nuestros cuerpos, que la respiración nos haga dormir, que respirar sea dormir juntos, que el amanecer nos acaricie, las palabras no duelan, las planicies broten, los pasados se pierdan, que la mentira pierda su sentido.
Lila la plataforma, verde oscuros los huecos, fortalecedor el aire, ensoñador el movimiento, brillantes y sonrientes nuestras miradas, amante el porvenir, duro el dislate y breve, apagados los huecos vacíos, azules los brillos, hermosas las colinas cubiertas de grises nieves.
Lila el decir, vibrante encontrarse, ya no despedirse, ya no malograrse.
Que el baile sea inolvidable o una siesta debajo de la parra nos acerque lejanías añorables, que la soda llene de burbujas la noche o miremos el cielo y sea nuestro. Que la fantasía no sea una farza, que de la pared de ese mismo patio surjan tallos para mirar en silencio.

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