"La culpa no era de Dantés, sino de la naturaleza, que haciendo tan limitado el poder del hombre, le ha puesto deseos infinitos".
El Conde de Montecristo (1846), Alexandre Dumas
Ríe en llanto
El insomne soñador
Al ver el reloj
Muerte en la habitación de la enferma (1893), Edvard Munch