¿Qué te acongoja mientras que sube
del horizonte del mar la nube,
negro capuz?
¡Tendrán por ella frescura el cielo,
pureza el aire, verdor el suelo,
matiz la luz!
No tiembles. Deja que el viento amague
y el trueno asorde y el rayo estrague
campo y ciudad;
tales rigores no han de ser vanos…
¡Los pueblos hacen con rojas manos
La Libertad!