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Primer Premio Nacional de Poesía Concurso Literario "Ricardo Miró" 1949
La estrella vespertina, fatalmente… suspira ensimismada tras el mito s… ungiendo, mariposa, la traslúcida… con grito de cristales y pupila de… Cuando, rumbo al helado sepulcro d…
Vewlámenes soesberbios, deshilacha… despiertan la avaricia de la marin… Pereza en las merluzas; orgullo en… y, en pulpos, tiburones y pelícano… De la onda opalescente surge la cu…
Marítima cuaresma de lo metamorfos… _¡oh suicidio asombrado de peces y… cuando crecen escamas al vientre d… mutilado de estrellas y preñado de… ¡Pueril forma dolida del sueño can…
Canxancio del inútil ademán extend… jaculatoriamente sobre humus y sec… fatiga de la estéril simiente dete… macerada y hollada por uña, cal o… Pero ¡oh ubérrimo tacto, bucólica…
¡Oh!... ¡Probar el deleite (si pudiera olvidarte) de volver a quererte!
Las nubes –escolares de escuela elemental– han tomado sus libros de luz y se van... El caballo del viento
¡Mangos!... ¡Mira!... ¡Tantos!... ¡Oh!... ¡Uno maduro!... (¡Dio un salto... y salióse su seno, desnudo!) ¡Yo salté del árbol!
A la hora equidistante del pez ama… con la primera espuma de la mañana… como un presentimiento de bostezo… su forma sin aristas, deshilachada… Flota, digo, la niebla, crispada d…
El viejo sol está borracho de luz y tiene susultos de niño que por travieso duerme con el sueño inquieto. Se le derrama la luz
Deja que duerma mi pensamiento! ELlA. Como un niño que
Campo traviesa, cansada, con el hijo en el cuadril, la moza va hacia el lejano cuchitril. El sol coloca en los árboles
Traje a ti mi soledad para que le dieras alma. Pero la dejaste sola
Goza la tarde nupcias de estirpe s… donde céfiro y brisa trasegan arre… Mas la encendida savia de la vida… un vaivén de palmeras y una sed en… Medusas y corales dipsómanos de né…
Lamiendo tierra, arena, raíces y b… tumbo a tumbo al origen precipítas… Los oros del poniente despilfarró… de ondulante premura por liquidar… caudal de margaritas y alas de mar…
Se burlaba el surtidor —¡la risa casi lo ahogaba!— porque la lluvia bajaba y él la devolvía al Señor...