Banderas de los escuadrones del ocaso, os contemplo en la plata serena del río, sobre el manglar orante. Que al encanto lumíneo de la hora

Como chispas apagadas del volcán de tu pasión, se distienden cual regueros de aza… por lo blanco de tu cutis en carna… Maquinando una leyenda

Han caído las penas dolientes de la noche. Poco brilla la luna. Bajo sus nácares sin fortuna se perfilan los torvos salientes de la iglesia rural. Una torreta

La marea baja descubre _como una pradera sepia comida de cardeni– llo_ la atormentada cacharrería y… exóticos retales que el mar _el bu… chamarilero_ guarda con avaricia e…

Del horizonte al cenit, y entre gu… De masas nacarinas, índigo, pru– sia, celeste. Las nubes _imitativa… todas las formas_ son: montañas, f… tas y frondas. La luz del mar se l…

En el clara tarde de marzo el ciel… palio sobre la estéril montaña, es un mar pálido en calma. Y en él abre su torta lechosa la carcomida… de la luna a semejanza de una agua…

Qué triste la Gran Triste! Nada como la playa nativa existe que sea más triste. Su tristeza tiene vigor, ansia y pereza: ansia de la vida,

Se me van los ojos buscando las li… ¿Por qué no estar en todas partes a la vez? Querría sentirme en las sierras, en los valles y llanuras,