Carbón y negro azul en la maleza,
perla entre la maraña del celaje,
y una melancólica tristeza
que se efunde del alma del paisaje.
El agua rueda con letal pereza;
copia de las riberas el tatuaje;
y exulta con su canto de tristeza
esta vacua agonía del paisaje.
Quietud cementerial llena la hora;
su flámula invisible anuda el viento,
y hay olor de mujer en la maleza.
Connubio del ensueño y de la hora,
canta en mi corazón el pensamiento
y vibra toda en mí Naturaleza.