#EscritoresCubanos #SigloXIX #SigloXX
Perla, ópalo y gris: la madrugada _dijérase sibila triunfadora_ anuncia el rojo de la vieja aurora con una urente brisa fatigada. Traman feble batista opalizada
Mirándote desnuda junto al lecho, como un ensueño que se hiciese vid… pongo un beso de amor –ala encendi… entre las prominencias de tu pecho… En tanto bebo la fragancia suave
Mediodía. Pleamar. La gaviota se tira sobre el pez _ brillazón f… gitiva _ que navega en el verdecel… de la ola. Y el pez huye de la som… de la gaviota _ mancha fugitiva _…
Rayas sombrías y luminosas. Verticales: los postes. Horizonta… los raíles y los regatos. El día preagoniza. El crepúsculo palia con sus rosas los grises. En la sa…
Gesto ancestral de la eclosión ter… se eleva hacia las nubes el granit… dando a esta soledad de lo infinit… la entraña dura y la expresión ser… Azúreo ambiente las distancias lle…
En perspectiva hacia la callejuela… entre frondas, astas y columnas_ como el iris enorme de un ojo irri… Y al linde partida por el carbón d… gótica _la pupila de oro viejo
Intocada, esculpida por la mano de artífice inmortal, de tus carnes turgentes se despren… hálito primaveral. Impoluta mujer de mis pesares,
Recorren la Horas con rítmico pas… y trozan los robles proceros con h… Es su ronda constante y profícua:… Los robles más viejos no encaran s… trabazón de las ramas se aclara a…
Desde el balcón ruinoso de baranda… que como boca horrible del muro se… miro con ojos tardos hacia el verg… en donde el viento airado las pomp… En el confín borroso, un horizonte…
Hay más arcano que en el beso, que en el dolor y que en la muerte… en el ojo humano del elefante. Y mientras danza torpemente y sincroniza sus orejas,
Entre el siena húmedo con olor agrario de las boñigas, son amapolas inquietas las crestas de las gallinas, chispas del iris las moscas,
En la gloria de la mañana, un celaje deja pasar el sol. El viento encarruja sutilmente las olas, que besadas por la luz parecen una floración argéntea
Expira la tarde. En el interior d… la casa solariega, silenciosa y or… te, la penumbra cuelga sus tules.… repente, el crepúsculo, como un pi… curioso, irrumpe por debajo de la
Tuvo el Emperador romano alguna aberración senil consoladora sueños como cambiantes de la luna, ansias como celajes de la aurora. Tuvo el Emperador nefasto y grave
Tienen sabiduría tus caderas, tan flexibles como algunas maderas de mi predio natal. Tienen sabiduría tus caderas, para enojo de ansiadas bayaderas