Hominicaco, no seas curioso.
Deja en paz las estrellas;
haz un mondadientes con tu telescopio.
¿De qué te serviría descubrir el misterio
de los mundos si has _siempre_ de ignorar
qué leyes rigen tu pensamiento
y los antojos de tu corazón?
Filosofía, psicología,
nada los explicará. Todo
palabrería.