Viajo como los nómadas pero con una diferencia carezco totalmente de vocación viajera sé que el mundo es espléndido
Todo está lejos pero es un modo de decir en realidad no tengo patrón universal para medir cercanos y remotos los bienaventurados se escabullen
Ahora tengo fecha las preguntas y dudas convocadas son formas de nacer en lo nacido he quedado en suspenso lo espero todo y ya no espero nada
Hallaré a tantos como se proponga la piel de mis quimeras hallaré los presagios de los jóvenes los años ya sin fondo de mi madre
Para cruzarlo o para no cruzarlo ahí está el puente en la otra orilla alguien me espera con un durazno y un país traigo conmigo ofrendas desusadas
¿Dónde está mi país? ¿junto al río o al borde de la noche? ¿en un pasado del que no hay que hablar… ¿dónde? ¿en la desolación de la memoria?
Lo reconstruyo todo signo a signo y así me reconozco todavía en estas calles que caminan lentas por el otoño tantas veces dicho lo bueno es la tristeza repentina
Es mi lugar mi cielo mi almohada mis insultos soy el que soy porque los otros son
Este regreso no era obligatorio sin embargo la mano encuentra su cuchara el paso su baldosa el corazón su golpe de madera
La calle brilla para la ocasión llueve sobre mis nervios bienvenidos el aguacero me repara no sé qué lava en mí tal vez siluetas o intenciones
Hay los objetos consabidos otros recién llegados pero todos se mueven en su estante buscan sol igual que en otros tiempos yo también busco sol
Cada uno es de un sitio pero un sitio no es sólo maravillas sino también horrores y carencias en la calle
Los encuentro felices luminosos incrédulos lozanos no saben todavía qué hacer con este mund… que los mira pasar o los recibe con asombro y con lágrimas
En mi ciudad hay varios espantos invisib… pero también existen los visibles el más de todos es un monumento que planearon levantaron y sobre todo inauguraron
Cuando me fui eran chiquilines tenían un rabioso alrededor de púas la racha intransigente les quitaba padres tíos maestras
Doce años atrás cuando tuve que irme dejé a mi madre junto a su ventana mirando la avenida ahora la recobro
Qué suerte haber vivido para traer conmigo la confianza la eternidad caduca la infancia sin aurora la penitencia que es un oropel
Son incontables jueves de babel y galeras de berrinches con sorna de gritos en el cielo de orden y de caos
Poco a poco el rencor me va invadiendo animaliza mi ánima lisa me presta garras iras maldiciones me sobresalta la paciencia boba me pule el odio como para buitres
Bueno zelmar pasaron nueve años y las bisagras del país se quejan rechinan dulcemente nadie va a preguntar
Todo el mundo lo admite antes no había y ahora nos asombra que aparezcan en la calle en el quiosco en las esquina… concurran a las puertas a los timbres
Detrás del humo estamos todos saciados o anhelantes diezmados o furtivos los jóvenes que fuimos y sorprendentemente ya no somos
Después de tanta quietud tanto silencio el país gira como un trompo llega a la orilla de las decisiones de las falencias y del optimismo cada uno lleva su ramillete de ganas
Ya sos mayor de edad tengo que despedirte pesimismo años que te preparo el desayuno que vigilo tu tos de mal agüero
Las calles están muertas padecidas la soledad se atreve al resplandor alguien sabe quién es pero lo oculta no sólo las gargantas tienen rejas la primavera a veces huele a invierno
¿Por qué estás en la noche agazapado? ¿contra quién? ¿por qué sos una ausencia tan endeble? ¿por qué estás desvelado y el silencio te encrespa?
Huelo en pleno descanso la axila de los… el mar espejo neutro no interfiere imagino el espacio de la última cena con un insoportable olor a judas gusto del alcaucil y de los tropos
Trepo por la escalera peldaño tras destino destino tras peldaño asciendo lentamente dosificando alarmas
Los años vienen con raíces y algas y sueños remontados en la ola con los años también todo se olvida los ritos del placer la noche vegetal la alegría que ataca por el flanco
Cuando los disparates se disparan no hay quien sujete a Napoleón o a Sócr… todos tenemos una santa elena o la cicuta allá en el horizonte cuando los disparates se disparan
Era un vampiro que sorbía agua por las noches y por las madrugadas al mediodía y en la cena. Era abstemio de sangre y por eso el bochorno
Tu espejo es un sagaz te sabe poro a poro te desarruga el ceño te bienquiere te pule las mejillas
Bajé al mercado y traje tomates diarios aguacero endivias y envidias gambas grupas y amenes
Soltar una paloma no siempre es algo fácil de imaginar la paloma es la clave de tantos sueños
Este es el buey que mira por su ojo de b… el perpetuo horizonte con su tiara de fu… la tarde apaciguada la prudente lla… los árboles del borde impasibles te… del ángelus previsto con su lamento absu…
Nuestro conferenciante de esta noche es de aquellos que nunca necesitan presentación o panegírico quién no conoce al huésped de la sombra al utilero del ambage
El mar es un azar qué tentación echar una botella al mar poner en ella por ejemplo un grillo un barco sin velamen y una espiga
Lento pero viene el futuro se acerca despacio pero viene hoy está más allá
Hace tanto que pasé mi ecuador los años bajan como rompehielos traen edictos nada promisorios el pellejo es conciso y elocuente tiene arrugas y manchas desgarbadas
Los años son también una armonía sólo que yo prefiero ser uno y desarmónico cuando todos afinan quiero desafinar como un violín
Todo mandato es minucioso y cruel me gustan las frugales transgresiones por ejemplo inventar el buen
En el sillón tranquilo de balance en la recuperada mecedora qué he de hacer sino balancearme los racimos las nubes las ideas se mecen se mecen los desastres cavilosos
Yo también tengo ruinas y si acudo al pasado ya no sé a quién o a quiénes busco entre los escombros son ruinas sin prestigio
En esta noche de pálpitos y conjuras en esta noche flamante habitan tantas no… la del labriego la del farero la del san… la del cocuyo la del murciélago la del b… noche con sábanas de fruición y tacto
Soy mi huésped nocturno en dosis mínimas y uso la noche para despojarme de la modestia
Es mía la inocencia ánfora de cristal tan desvalida que nada me sugieren sus añicos la juventud es mía y es además atávico susurro
Mi saldo disminuye cada día qué digo cada día cada minuto cada bocanada de aire muevo mis dedos como si pudieran
Cuando el no ser queda en suspenso se abre la vida ese paréntesis con un vagido universal de hambre somos hambrientos desde el vamos y lo seremos hasta el vámonos
La dicha es una clandestina buscada perseguida la comandancia da sus datos sus ojos verdes su estatura la distancia que media entre sus sueños
La muerte es siempre una sorpresa inútil aunque uno comparezca con las bisagras herrumbrosas la gracia pasa pasan las desgracias las promesas a veces se corrompen
Tengo un trabajo conjurado y denso pero no importa lo interrumpo necesito una tregua con distancia una paz despojada de ansiedades un ocio sin escrúpulos de ocio
¿Dónde estás muerte muertecita hebra de lágrimas sueño inconcluso duplicado de vida
Estuvimos en epidauros veinticinco años… y también escuchamos desde las más altas… el rasgueo del fósforo que allá abajo encendía la guía la misma gordita que entre templo y templete
En este espacio cada uno es capaz de zurcir sus vislumbres y tinieblas árboles me rodean con sus patas de elefa… tengo un gong en las sienes memoriosas en un banco como éste cubierto de ramita…
Madrid quedó vacía sólo estamos los otros y por eso se siente la presencia de las plazas los jardines y fuentes
Yo estaba en otro borde del océano en palma de mallorca y para ser preciso en la plaza gomila ésa buscada por los marines yanquis tan borrachitos siempre
Alguna vez en palma de mallorca hallé en el borne dos filas de árboles como las que hubo en un recodo del viejo parque urbano en la habana otra vez
No cabe duda ésta es mi casa aquí revivo aquí sucedo ésta es mi casa detenida en un capítulo del tiempo llega el otoño y me defiende
Uno llegar e incorporarse al día Dos respirar para subir la cuesta Tres no jugarse en una sola apuesta Cuatro escapar de la melancolía Cinco aprender la nueva geografía
Diríase que el tiempo no madura y que al poeta ese cándido leproso no se le deja otro comportamiento que refugiarse en su desgarradura y allá quedarse torvo y silencioso