¡Qué blanca lleva la falda la niña que se va al mar! ¡Ay niña, no te la manche la tinta del calamar! ¡Qué blancas tus manos, niña,
Quisimos aprender la despedida y rompimos la alianza que juntaba al amigo con la amiga. Y alzamos la distancia entre las amistades divididas.
Mira, Platero, qué de rosas caen por todas partes: rosas azules, rosas blancas, sin color... Diríase que el cielo se deshace en rosas. Mira cómo se me llenan de rosas la frente, los hom...
En la casa de las pinturas Comienza a cantar, Ensaya el canto, Derrama flores, Alegra el canto.
El arrabal es el reflejo de nuestr… Mis pasos claudicaron cuando iban a pisar el horizonte y quedé entre las casas, cuadriculadas en manzanas
En el segundo patio la canilla periódica gotea, fatal como la muerte de César. Las dos son piezas de la trama que… el círculo sin principio ni fin,
A lo largo de sus generaciones los hombres erigieron la noche. En el principio era ceguera y sueñ… y espinas que laceran el pie desnu… y temor de los lobos.
Me acuerdo, fue en Balvanera, en una noche lejana, que alguien dejó caer el nombre de un tal Jacinto Chiclana. Algo se dijo también
Venía, a veces, flaco y anhelante, a la casa del huerto. El pobre andaba siempre huido, acostumbrado a los gritos y a las pedreas. Los mismos perros le enseñaban los colmillos. Y se iba...
¿Qué es en definitiva el mar? ¿por qué seduce? ¿por qué tienta? suele invadirnos como un dogma y nos obliga a ser orilla nadar es una forma de abrazarlo
La amistad silenciosa de la luna (cito mal a Virgilio) te acompaña desde aquella perdida hoy en el ti… noche o atardecer en que tus vagos ojos la descifraron para siempre
Antes que suene el presuroso timbr… y abran la puerta y entres, oh esp… por la ansiedad, el universo tiene que haber ejecutado una infinita serie de actos concretos. Nadie pu…
Cuando tú te quedes muda, cuando yo me quede ciego, nos quedarán las manos y el silencio. Cuando tú te pongas vieja,
Hay gente que con solo decir una p… enciende la ilusión y los rosales, que con sólo sonreír entre los ojo… nos invita a viajar por otras zona… nos hace recorrer toda la magia.
Canta el jilguero. Pasó la racha. Entre los mirtos resuena el hacha. La rosa mustia se inclina loca Sobre su fuente, cristal de roca. El fauno triste de alma rubia
Furtivo y gris en la penumbra últi… va dejando sus rastros en la marge… de este río sin nombre que ha saci… la sed de su garganta y cuyas agua… no repiten estrellas. Esta noche,
Déjame que esparza Manzanas en tu sexo Néctares de mango Carne de fresas; Tu cuerpo son todas las frutas.
Mi Pedro no es soldado; no ambici… de César ni Alejandro los laurele… si a sus sienes aguarda una corona… la hallará del estudio en los verg… ¡Si lo vierais jugar! Tienen sus…
“He querido adaptar a nuestra p… japonesa que consta de un prime… de uno de siete, de uno de cinc… Quién sabe cómo sonarán estos e… La forma original prescinde asi…
Cierto poeta, en forma peregrina cuanto devota, se metió a romero, con quien pudiera bien todo barber… lavar la más llagada disciplina. Era su benditísima esclavina,
Alta en la tarde, altiva y alabada… cruza el casto jardín y está en la… luz del instante irreversible y pu… que nos da este jardín y la alta i… silenciosa. La veo aquí y ahora,
La clara muchedumbre de un ponient… ha exaltado la calle, la calle abierta como un ancho sue… hacia cualquier azar. La límpida arboleda
En Junín o en Tapalqué refieren la historia. Un chico desapareció después de un malón; se dijo que lo habían robado los indios. Sus padres lo buscaron inútilmente; al cabo de los años, ...
Pompas del mármol, negra anatomía que ultrajan los gusanos sepulcral… del triunfo de la muerte los glaci… símbolos congregó. No los temía. Temía la otra sombra, la amorosa,
Antes de ti yo ya existía, antes de ti ¿no lo sabías? yo ya cantaba,
Siempre que volvíamos por la calle de San José, estaba el niño tonto a la puerta de su casa, sentado en su sillita, mirando el pasar de los otros. Era uno de esos pobres niños a quienes...
Desde la otra vereda volví a mirar; usted se había dado vuelta y me dijo adiós con la mano. Un río de vehículos y de gente corría entre nosotros; eran las cinco de una tarde cualquiera;...
La cumbre. Ahí está el ocaso, todo empurpurado, herido por sus propios cristales, que le hacen sangre por doquiera. A su esplendor, el pinar verde se agria, vagamente enrojecido; y las ...
De las generaciones de las rosas que en el fondo del tiempo se han… quiero que una se salve del olvido… una sin marca o signo entre las co… que fueron. El destino me depara
Yo que soy un intruso en los jardi… que has prodigado a la plural memo… del porvenir, quise cantar la glor… que hacia el azul erigen tus violi… He desistido ahora, para honrarte
Mi boca ha pronunciado y pronunciará, miles de veces y en los dos idiomas que me son íntimos, el padre nuestro, pero sólo en parte lo entiendo. Esta mañana, la del día primero de julio ...
Por el deceso de alguien —misterio cuyo vacante nombre pose… hay hasta el alba una casa abierta… una ignorada casa que no estoy des… pero que me espera esta noche
De puntillas, de puntillas, para no despertar a Piedad, entran en el cuarto de dormir el padre y la madre. Vienen riéndose, como dos muchachones. Vienen de la mano, como dos muchachos. ...
Somos huelga en los muelles Nuestros brazos se cierran a descargar los barcos. La vergüenza del hombre no resiste más tiempo
Cuando nos anonada la desdicha, durante un segundo nos salvan las aventuras ínfimas de la atención o de la memoria: el sabor de una fruta, el sabor de…
Tus manos son mi caricia mis acordes cotidianos te quiero porque tus manos trabajan por la justicia si te quiero es porque sos
Con lento amor miraba los disperso… Colores de la tarde. Le placía Perderse en la compleja melodía O en la curiosa vida de los versos… No el rojo elemental sino los gris…
A Nietzsche le desagradaba que se hablara parejamente de Goethe y de Schiller. Y podríamos decir que es igualmente irrespetuoso hablar del espacio y del tiempo, ya que podemos presc...
Nadie hubo en él; detrás de su rostro (que aun a través de las malas pinturas de la época no se parece a ningún otro) y de sus palabras, que eran copiosas, fantásticas y agitadas, no ha...
El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor
Yo seré a tu lado, silencio, silen… perfume, perfume, no sabré pensar, no tendré palabras, no tendré dese… sólo sabré amar. Cuando el agua caiga monótona y tr…
Los habitantes de mi aldea dicen que soy un hombre despreciable y peligroso Y no andan muy equivocados Despreciable y Peligroso
En 1897 la disparó contra el presidente del Uruguay un muchacho de Montevideo, Arredondo, que había pasado largo tiempo sin ver a nadie, para que lo supieran sin cómplice. Treinta años ...
Si ves un monte de espumas, Es mi verso lo que ves: Mi verso es un monte, y es Un abanico de plumas. Mi verso es como un puñal
Para que nunca haya malentendidos para que nada se interponga voy a explicarte lo que mi amor co… tus ojos que se caen de desconcier… y otras veces se alzan penetrantes…
La noche se astilló de estrellas mirándome alucinada el aire arroja odio embellecido su rostro con música.
Lo he soñado en esta casa entre paredes y puertas. Dios les permite a los hombres soñar cosas que son ciertas. Lo he soñado mar afuera
Somos el tiempo. Somos la famosa parábola de Heráclito el Oscuro. Somos el agua, no el diamante duro… la que se pierde, no la que reposa… Somos el río y somos aquel griego
Soy hombre: duro poco y es enorme la noche. Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben. Sin entender comprendo:
Te digo adiós, amor, y no estoy tr… Gracias, mi amor, por lo que ya me… un solo beso lento y prolongado que se truncó en dolor cuando part… No supiste entender, no comprendis…
Somos el río que invocaste, Herác… Somos el tiempo. Su intangible cu… acarrea leones y montañas, llorado amor, ceniza del deleite, insidiosa esperanza interminable,
Michín dijo a su mamá: “Voy a volverme Pateta, y el que a impedirlo se meta en el acto morirá. Ya le he robado a papá
Mirringa Mirronga, la gata candon… va a dar un convite jugando escond… y quiere que todos los gatos y gat… no almuercen ratones ni cenen con… “A ver mis anteojos, y pluma y tin…
No sos mío no estás en mi vida a mi lado no comés en mi mesa
Lo dejo en el caballo, en esa hora… crepuscular en que buscó la muerte… que de todas las horas de su suert… ésta perdure, amarga y vencedora. Avanza por el campo la blancura
El niño—Mariposa, Vagarosa Rica en tinte y en donaire ¿Qué haces tú de rosa en rosa? ¿De qué vives en el aire?
¿Por qué te asustas, ave sencilla? ¿Por qué tus ojos fijas en mí? Yo no pretendo, pobre avecilla, llevar tu nido lejos de aquí. Aquí, en el hueco de piedra dura,
La noche / 1… No consigo dormir. Tengo una muje… La noche / 2… Arránqueme, Señora, las ropas y l… La noche / 3…
¿De qué cielo caído, oh insólito, inmóvil solitario en la ola del ti… Eres la duración, el tiempo que madura
¿Y fue por este río de sueñera y d… que las proas vinieron a fundarme… Irían a los tumbos los barquitos p… entre los camalotes de la corrient… Pensando bien la cosa, supondremos…